El segundo disco de Los Banzos es probablemente el mejor de los tres que publicaron. Al menos contiene su mejor canción, “Vacío“. Magníficos arreglos de viento, juegos de voces beatlescos, y un tramo final ensoñador.
Por su parte, la triste “El rostro perdido” tiene la más brillante de sus letras, pura poseía urbana que en su parte intermedia nos mete ingeniosamente en desarrollos jazzísticos cargados de swing.