Este disco, por sus características, forma un tándem creativo prácticamente inseparable del anterior «Despierta» (Hispavox, 1970) por varias razones. Primero, son las dos obras sinfónicas de Miguel Ríos; segundo, este está construido un tanto a rebufo del anterior, pues continúa sus pautas en la búsqueda del gran éxito conseguido por aquel con su «Himno a la Alegría«, jugando esa baza aquí el tema «United (Unidos)«, basado esta vez en el «Te deum» de Marc-Antoine Charpentier, conocida por todos como la sintonía de Eurovisión.
Sin embargo, este disco está por encima del anterior… sencillamente porque es mejor. Y es mejor, secillamente porque las canciones son mejores. El anterior, se dijo, tenía una atmósfera vaga y difuminada. «Unidos» (Hispavox, 1971), en cambio, es mucho más concreto y tangible, más claro y definido. Miguel había vuelto de su viaje a Estados Unidos y se había puesto las pilas en cuanto a cómo estaba el panorama; de hecho, en varias ocasiones se atreve con el inglés. Es un álbum mucho más rico y, nota especial, desborda creatividad y alegría; lo que se dice «buenas vibraciones«.
Son obras como esta, olvidadas por muchos en el devenir de la música pop española, las que convirtieron a Miguel Ríos en la leyenda viva que es. Canciones como «Somebody help me» -desde luego, cuánta similitud guarda su tramo final con los arreglos de viento del «Free yourself» de Canarios– o la bellísima versión de The Beatles, «Here comes the sun«, nada envidian a lo más puntero del rock del momento a nivel internacional. Un gran, enorme disco.