El paso del tiempo confiere a las maquetas y grabaciones inéditas un valor que probablemente en su momento de elaboración nadie esperaba fueran a tener nunca. Pero si bien la afirmación tiene trazas de poseer el carácter de máxima general en casos concretos cobra mucho más sentido. Esta «Una Naranja Mecánica» es probablemente uno de esos ejemplos.
Fue grabada por los granadinos T.N.T. como testimonio final, como legado que se impusieron al ver que el grupo se disolvía sin solución ante el abandono inevitable de José A. García, su cantante, y el improrrogable cumplimiento del servicio militar de Ángel Doblas su bajista. Y sin embargo, una vez grabada y enviada a Radio 3, al programa de de Jesús Ordovás, dispararía a la banda, a la que reflotaron sus supervivientes Jesús Arias (guitarra) y Joaquín Vilchez (batería).
La grabación se realizó una mañana de invierno de 1981, en el local de ensayo de Rosaleda, grupo con el que contactó el batería de T.N.T. y al que pidieron su equipo para la ocasión. Empezaron pronto por la mañana con todo el día por delante y consiguieron crear el clima adecuado: «Los temas los grabamos en una sola toma, todos tocando a la vez, en un ambiente relajado y es que todos íbamos a una (…) El grupo sonaba con fuerza y transmitíamos la union como banda».
De todo esto y de mucho más se nos informa en la edición que ha preparado, con el mimo y minuciosidad de siempre VomitoPunkRock. Se han encargado esta vez Víctor y Alicia, responsables del sello valenciano, de que el vinilo venga arropado con el testimonio del grupo y de gente cercana ya no sólo a ellos sino al momento en el que la cinta se registró, como el propio Jesús Ordovás o Joni D, responsable del fanzine barcelonés Melodías Destruktivas, del que se incluye una entrevista al grupo en aquella época. Eric de K.G.B. la otra banda granadina con la que compartía en aquellos 80 el local de ensayo, Silvia Escario (Ultimo Resorte)…. Todos ellos junto a reseñas y recortes de prensa sobre el grupo y el que fuera tiempo después de la edición de la maqueta, su primer LP «Manifiesto Guernika» (DRO, 1983), completan el libreto interior facturado para la ocasión. La edición especial, la de vinilo rojo, trae además el plus que supone un ejemplar del fanzine que editaron los propios T.N.T.
Dedicaron la primera cara de la cinta para temas propios mientras que para la segunda se fajaron bien de veras con las versiones que tenían en repertorio: The Clash, Kinks, Sex Pistols, Rolling Stones, Chuck Berry… hasta se lanzan a versionear el «Te he prometido» de Leo Dan, al que dan un tratamiento similar al que Sid Vicious deparó para con el «My way«. Esta última entraría, junto a «Brand new Cadillac» y «Johnny B. Goode» en el directo que grabarían mucho más tarde: «Directo a Nadsat» (Bernardi, 1997).
Pero lógicamente donde reside el verdadero valor de la cinta es en la producción propia. «Una Naranja Mecánica» incluía ya dos de los mejores temas de T.N.T.: «Cucarachas» y «1984«, que luego compondrían el primer sencillo de los granadinos, «Cucarachas» (DRO, 1982). Y es que de hecho la cinta, mucho más cercana a este single de debut con DRO, está lejos de explicar todo lo que vendría después, y que quedaría plasmado en el LP. Muchas de las piezas claves del mismo no estaban todavía en el repertorio de la banda o, al menos, no dejaron constancia de ello en la maqueta. Sí aparecen la más que interesante «Sin futuro» y un esbozo del carácter multidisciplinar de la música de la banda con un primigenio «Radio crimen«, del que llama la atención la solvencia con la que están elaboradas las partes más fox-trot cabaretero alejadas de coordenadas punk-rock.
Sonido maquetero, con la crudeza de una primera grabación realizada no con los mejores medios. Algunas de las canciones se resienten por tanto con bajadas y subidas de volumen que el tratamiento realizado para su presentación ha tratado de minimizar en lo posible. «La gatita«, el tema remolón que cierra la primera cara y que diríase facturado por una banda de rock urbano es un ejemplo de ello.
Algo tiene de especial el poder escuchar los primeros pasos de bandas que terminaron luego por dejarnos discos emblemáticos y las versiones primitivas de las canciones que los componían. Si además se nos ofrece en un formato tan completo como éste, el placer es ya total.
