En el 2000 los fans acérrimos de Virjinia Glück reciben una buena noticia, la artista regresa al panorama musical y trae de la mano un nuevo disco producido por Carlos Jean y Arturo Soriano. Pero algo ha cambiado, Virginia no es la misma Virjinia de «Entre Ánimas» (Chrysalis, 1996), desaparece la «J» de su nombre, su voz pierde esa radicalidad que tanto gustó-repulsó en su anterior trabajo y en sus melodías no se escucha ese clasicismo otrora tan presente ni su piano tan característico, sino un sonido futurista que no logra agradar del todo a sus fans. Es un cambio arriesgado de la artista, cambio que pocos entendieron.
El disco tiene temas interesantes, alguno que otro prescindible, pero ninguno que logre sobresalir y ser recordado; comparados con los temas de «Entre Ánimas» se quedan a medio gas.
Abre el disco una «Intro» que muestra que no estamos ante la Virginia que todos conocíamos; le sigue «El fantasma enamorado», la historia del amor imposible entre lo terrenal y lo espiritual con un sonido experimental y aires electrónicos, un tema interesante pero que no logra quedarse. El primer single, «Si te vas», es una hermosa balada intimista donde se muestra por primera vez a una Virginia que desnuda su alma y nos muestra su debilidad.
«Aurora (O declaración de amor que el Sol le ofrece al Alba por sacarle de la cama cada mañana)», es un fandango que no encaja con la temática del disco, ni de este ni del anterior, pero que igualmente es disfrutable.
A partir de aquí el disco pierde bastante fuelle, destacando la evocadora «Sexy», la melancólica «El hombre de mi vida» y «El acto de contrición», canción presentada en el festival de Benidorm de ese mismo año, remezclada por Urban Fingers para hacerla más comercial, error garrafal, ya que el remix no pega nada con el dramatismo del tema.
Después de la poca repercusión y el no cumplimiento las expectativas en ventas de la compañía, Virginia decide tomarse un descanso de varios años hasta su reaparición en diversos lugares, como Youtube, MySpace y últimamente en televisión.
El disco es una de esas rarezas curiosas, no pasará a la historia, pero resulta interesante escuchar una faceta diferente de esta artista olvidada por la industria.