Tras veinte años de desencuentros tras su común etapa en Los Brincos, Juan Pardo y Fernando Arbex se reencuentran para componer los temas de este álbum. Y lo van a hacer, grabación incluida, en un tiempo récord. Para nombrarlo eligen el título de uno de los más famosos temas del cuarteto, que es regrabado para la ocasión y que, aunque no se editara en single, sería la canción que más se promocionaría en las apariciones televisivas.
Canciones lentas y amorosas forman el cuerpo fundamental de este disco que aparte de satisfacciones personales poco aportó a sus autores. Un Juan Pardo blandito como nunca en temas como «Canción de soledad«. También algún tema marchosillo y oportunista como «Qué peligro tiene«, una de esas marchiñas pardianas con letra pegadiza.
Vientos helenos para la historia de «Ninna«, la pequeña domadora, también con letra sobada y ritmo de balada. En fin, poco ruido y menos nueces para un trabajo que a priori prometía mucho más.