“Un Mundo Perfecto” (Lobicán, 2015) es el reverso de “Némesis” (Lobicán, 2014). Si en su anterior entrega su visión del mundo era más dura y cruda, aquí Ruxe Ruxe cambian la perspectiva, llevándonos ahora de viaje a un mundo de color y de sueños. Un mundo de oportunidades en el que reina el amor, el optimismo y la amistad.
“Sempre hay camiños para camiñar / e novas ilusións polas que espertar… persegue os teus soños / nada hai que perder” cantan en la luminosa “Soños”. Un alegato en pro de los sueños que todos tenemos y que nunca debemos olvidar. Rock intenso armado con riffs ágiles y un estribillo efectivo.
Canciones como “Beizos” ponen de manifiesto la madurez de una banda con más de veinte años de conciertos a sus espaldas. Una melodía calculada, una gaita que se cuela entre las guitarras y una letra de amor en un mundo extraño.
Le cantan a su lugar del mundo al margen de todo lo demás –“Na miña taberna”-, a la noche cargada de humo y licor –“Refachos”-, con ritmo ska a un presente en el que se dejó atrás la amargura del pasado –“Respiro”- y al tiempo que les queda por vivir –“Cancións ceibes”-.
Hay canciones urbanas con una clara cadencia costumbrista y poética –“Frores”-, cortes contundentes con cierta vertiente folk –“Ven bailar”- y un final cargado de esperanza –“Mundo feliz”-.