«Un día feliz, otro de llanto» es de otra de las espléndidas composiciones del grupo valenciano, una oda a la esperanza pero, ojo, con un punteo sucio y con cierto toque arabesco.
«El recibo«, a ritmo de foxtrot y bastante más intrascendente, es sin embargo muy graciosa, sobre las letras y recibos que uno debe pagar y el sacrificio que ello supone. Estas cosas no pasan de moda nunca, ¿eh?