En la cara A nos encontramos con una pachanguería tipo Fórmula V o Diablos que poco o nada aporta a la discografía de un grupo tan contrastado como Los Mustang.
La cara B es una lenta melodía de las de violines y voz solista doblada para dar empaque. Solo de flauta, intervenciones de guitarra acústica… todo excesivamente previsible. A pesar de su calidad melódica, por momentos se convierte en una muy elegante forma de provocar somnolencias y bostezos.