Nuevo disco de Bit Of en una generosa entrega de hasta diecisiete cortes. Grabado en los locales de ensayo Scooby Doo de Madrid en la primavera de 2012 con el apoyo técnico para labores de producción de Javier Moratón, su encargado.
No fue, sin embargo, la única asistencia con la que contó el grupo para el registro de las canciones, sino que para las baterías y algunos arreglos, participó Javi Dval de Delincuencia Sonora. Suya y de los nuevos aires que había traído al grupo la entrada de Fernando para la segunda guitarra parece ser la responsabilidad de la evolución del sonido de la banda.
Además es una de las primeras referencias del sello que han puesto en marcha para autoeditarse sus trabajos, Without Records, sin olvidarse del apoyo de Rumble, con quien sacaran a la calle el trabajo anterior.
Muchas son las innovaciones que sugieren los madrileños en su nuevo disco en comparación con el «Let’s Go Smoke!» (Rumble, 2010) con el que debutasen un par de años antes. De las referencias claras y admitidas de la banda para con filosofías como Green Day, el espectro parece haberse ensanchando considerablemente a tonos diversos. Hablan de Raveonnetes, Queers, Jesus & Mary Chain…
Abundan pues canciones con una mayor riqueza de matices, con un abanico mayor de posibilidades a lo que habían mostrado antes, como que cante Vero en vez de Juan. Lo hace en un par de ocasiones, «Stay at home«, casi de comienzo, o «Dont´t wanna go«.
Desechado el capitulo de las letras (poco o nada logro entender en la mayoría de las canciones), basta el apartado de melodías para hablar de Bit Of como un grupo sobresaliente. La introducción de los pequeños detalles técnicos a los que nos referíamos no evita el punto de apuesta firme por la naturalidad, el que deja el toque final chirriante de algunas guitarras. Aun así , «Karma» engancha sin remisión por su pegada a lo Ramones o Johny Thunders. Lo mismo «Actually no one cares«.
Algunos de los mejores momentos los siguen construyendo a partir de los mimbres de siempre, esto es, guitarras potentes y disonantes, y el timbre de Juan, que me recuerda horrores al de Chris Baley de los Saints. «Give me cash» tiene algo de ese tono de voz australiano y algún riff que crees te va a llevar al «Ballroom blitz» de Sweet. «Give me valium«, por ejemplo, que es la que abre el disco, o mucho más adelante, «Carrefour«, «Hipocresy«, «Toxic reaction» o «Walking in the forest«, una de las mejores a mi juicio.
Pero reducirlo a estas variables sería tanto como castrar la valía de «Communication«, «No direction» o el «Doing time«, que parece una mezcla de la ingenuidad de los Primitives con la electricidad de una guitarras iniciales oscuras como de Jesus & Mary Chain. ¿O es aquí donde dicen haberse empapado de Raveonnetes?
Creo que «Toxic reaction» es una gran noticia. Un grupo de cuatro amigos que dicen pasar el rato a muerte y que siguen en el estado de ánimo justo para innovar en su música y lectura de punk-rock fresco. Disco que se disfruta sin esfuerzos.