Hasta dieciocho EP y singles había publicado Tony Ronald en solitario para La Voz de su Amo; sin embargo, nunca había visto girar uno de sus discos a 33rpm. Y tuvo que irse a otro sello para que EMI, sello patrón del suyo se diera cuenta y sacara al mercado este LP recopilatorio sí, pero muy importante en la discografía del artista y que además se vendió razonablemente bien y sirvió para que muchos jóvenes descubriéramos el pasado de este cantante.
Temas que van del 1964 con “Perdóname amigo” a 1968 con “Lloré como un niño” y que recorren sus pasos en aquellos años 60. Como suele ocurrir en estos casos, sobra algún título y falta algún otro; esto es inevitable y sobre gustos no hay nada escrito. Con todas sus irregularidades, es, no obstante, uno de los grandes LP de la década. Fue reeditado en CD en 1996, respetando el contenido y la portada originales.