A finales de 1966 sale el esperado segundo single de Manolo Pelayo. Fue su primera decepción y la de sus seguidores. Dos canciones flojitas que no continúan ahondando la veta folk rock abierta con su primer disco. “Todo tu amor” es un tema rápido y poco imaginativo que busca con descaro la fácil comercialidad. La cara B es una de esas baladas pensadas para el lucimiento vocal con estrofa suave, estribillo gritón y épico.
Un disco tópico, en el que Manolo se muestra parecido a Jaime Morey, Francisco Heredero y, en general, a los solistas comerciales que él tanto había criticado antaño.