Las buenas ventas que Jeanette cosecha en Europa en general y Francia en particular aconsejan que este LP de la cantante se grabe en Francia bajo la dirección del prestigioso compositor y arreglista André Popp, que había compuesta canciones para Juliette Greco, Petula Clark, Marie Laforêt, Françoise Hardy y un largo etcétera entre los que más tarde se incluirían varios hits de Celine Dion. Popp compone un ramillete de canciones específicas para Jeanette y adapta otros viejos éxitos suyos para conformar este disco del que se hicieron dos versiones: francesa y española.
El eclecticismo es notorio, pues encontramos la canción que le da título que nos suena a aquellas canciones alegres con acompañamientos un tanto humorísticos y graves encomendados a la tuba o al saxo barítono con las que Sandie Shaw había triunfado en la década anterior. Precisamente del repertorio de Sandie Shaw incluye Jeanette aquí una versión del famoso “Manchester y Liverpool”. Junto a estas canciones cascabeleras encontramos baladas bien armadas de violines y tópicos melódicos como “Canción para Ana” o “Pequeña, preciosa”; suaves aires pop como “El amor toca el violín” y “Los tiempos de mi papa”; canciones fronterizas con el folk y simples arreglos como “Recuérdame siempre” o muestras de música cabaretera como “Jeremie”.
Tampoco se resiste André Popp a colocar en la voz de Jeanette la canción más conocida de su repertorio: aquel eurovisivo “Love is blue”, que cantó Vicky para Luxemburgo y que luego la orquesta de Paul Mauriat y multitud de artistas más llevaron al nº1 en medio mundo.
El baqueteado músico francés sabe sacar buen partido a la voz siempre aniñada de Jeanette, que ya por entonces iba camino de ser la eterna voz adolescente española. Los arreglos proponen un despliegue orquestal de amplio espectro: mandolinas, acordeón, toda la familia del viento, guitarras acústicas, pianos de todos los formatos, cuerda a porrillo y percusiones tan discretas como efectivas. Pero el asunto funcionó poco en Francia y nada en España, pasando sin pena ni gloria, a pesar de la buena producción y del buen momento vocal de la cantante.