Disco con el que La Polla se estrena en la discográfica valenciana Maldito Records. El diseño de la portada consiste esta vez en un neumático que rodea al globo terráqueo y en el que está sobre-impresionado el nombre del grupo. Todo ello rodeado de fondo azul y brumas de tormenta. El autor del mismo fue Niko (integrante de M.C.D.) que presentó para la ocasión una docena de bocetos diferentes. Para la grabación del mismo contaron con la colaboración de algunos miembros de Kaos Etílico.
Todo el proceso de elaboración de la veintena de canciones que componen este trabajo les llevó alrededor de año y medio. En ese tiempo quedaron además algunos temas que el grupo decidió finalmente no incluir. Aunque manifestaron componer primero la música a partir de una idea cualquiera, para luego añadirle la voz, para este disco muchas de las canciones surgieron por completo a partir de iniciativas concretas de alguno de los miembros del grupo.
El ritmo de este trabajo es, como en ocasiones anteriores, vertiginoso en la mayor parte de los temas, que, por otro lado, rezuman un nihilismo exacerbado. Por ejemplo en “Ya no quiero ser yo”, la primera de las canciones del disco, Evaristo clama contra el conformismo que le devuelve su imagen en el espejo. Los títulos de “Basura”, “Todo está muy mal”, “Toda la puta vida igual” y “Día positivo” por lo irónico, hablan por sí solos: todo está fatal.
En lo musical, se agradece que la contundencia mostrada no se traduzca en los vértigos de “Carne Para la Picadora” (GOR, 1996). Sigue habiendo pinceladas incluso de hardcore: “Deja a los niños”, donde con alaridos y rabia, se denuncian los casos de pederastia o “Puedes ser idiota”, quizás de lo mejor del disco, son buenas muestras. También hay registros guitarreros cercanos al rock urbano pesado en algunos temas: “Ya no quiero ser yo”, “Pastelarium” (donde la música supera con creces a una letra algo enclenque), “Que turututu, ay que tururu”. En ocasiones, uno cree reconocer detalles de La Polla Records de los primeros años, como en las denuncias de las desigualdades sociales de “Igual para todos” o el tono simpático de “Mundo cabrón”, en la que algunas de las situaciones de mala suerte resultan ingeniosas: “Te enteraste de un garito que era bastante molón / estaba lleno de calvos alguien cometió un error / al final hubo partido y tú hiciste de balón / Así es la puta vida en este mundo cabrón / aparece algún majara y todo se acabó ”.
El disco pasa también por momentos flojos, bien en lo musical (“No aburras”) o en las letras, que a veces abusan de las repeticiones, como “Basura”, “Toda la puta vida igual”. Temas como “Está todo muy mal”, “Chisourray”, “Ingenua” o “Que turututu, ay que tururu”, por otro lado, no son de lo mejor de la banda. Pero aún así, la lista de canciones que enganchan por uno u otro motivo no es corta.
Posibles guiños a temas ya explorados por el grupo son las ansias de libertad, incluso cuando te llevan a la tumba (“Tumba 37”), o el asunto de las drogas (“No aburras”).
Sobre esta última cuestión, la banda reitera en entrevistas que no cantan contra ellas, sino sobre ellas; porque están ahí y son fáciles de conseguir. “La gamberra” también tiene algo de revisión moderna de “Muy punk” (“Coreando la canción de un grupo estúpido / y metiendo la anarquía en una A dentro de un círculo”).
El grupo, que ya había grabado en ocasiones algún tema en gallego, lanza un auténtico torpedo en euskera por vez primera en su carrera que no llega al minuto y medio. Viene a ser una especie de versión o parodia de una lección básica de euskera de unos payasos que aparecían en la televisión autonómica vasca.
“Maigenerasion” es una vista atrás simpática a ritmo de rock and roll de guitarras potentes. Tiene aires de Cockney Rejects, con unos coros muy dinámicos e intensos en apoyo de lo que canta Evaristo. La letra está bien: “Viva la mala hostia de mi generacion ! fuimos como cohetes y mas de uno se estrello / fuimos una amenaza y casi una revolución”. La receta para el futuro: “Follar alegremente, reirte y vacilar”.
El disco termina con un pretendido sorteo de lotería en el que en vez de números se cantan delicias del estado democrático.