The End of the Maiden Trip

Puede que aquella despedida con la que The Sunday Drivers terminaba su anterior entrega ya tuviera algo de profético. Ahora, dos años después, llegan con su cuarto disco bajo el revelador nombre de “The End of the Maiden Trip” ( Mushroom Pillow, 2009). Y parece que esta teoria podría encajar. Parece que la banda ha decidido que llega el momento de mirar hacia otro lado y servirse de todo lo aprendido para comenzar un nuevo camino. Sea lo que sea lo que venga en el futuro, lo que está claro es que una puerta se ha cerrado en la historia de los toledanos.

Y así lo demuestran con el que hasta el momento consideran “su mejor disco”, y parece que no les falta razón. Con su cuarto trabajo en estos seis años de carrera discográfica, The Sunday Drivers nos presentan un álbum donde suenan más Sunday que nunca y al mismo tiempo logran desprenderse en gran medida de esa losa rítmica de anteriores entregas.

Continuando con el mismo afán de siempre en la búsqueda del pop más preciosista y pegadizo, Jero y los suyos se quedan en España para grabar y producir un disco compacto, curtido y sobre todo directo. Y desvelamos así el rasgo clave de “ The End of…”: la tranquilidad, la naturaleza con la que éste ha sido grabado. Menos estrictos y obsesionados con la perfección de los ensayos, el que puede describirse como uno de sus álbumes más beatleliano se libera de encorsetamientos y se deja llevar, sonando natural y con mucho más sentimiento; o como dirían los modernos, mucho más feeling.

Puede que el secreto resida en que The Sunday Drivers hayan madurado en todo este tiempo y por fin se sientan más seguros y capaces de sí mismos. Y qué no puede lograrse con un poco de confianza. El resultado está claro: bonitas canciones que sonando igual que antes parecen apuntar maneras y ganas de nuevos horizontes. Sonidos británicos y esqueleto americano para un disco donde los temas suenan más crudos, menos barrocos o adornados. ¿La fórmula? De nuevo algunos títulos ágiles, rápidos y puros hits para deleite de sus seguidores como “I”, o “Smile”; carne de single como “Everything reminds me you” u “(Hola) To see the Animals”, y sorpresas como “Hold on to love”, donde no sólo descubrimos la interesante voz de Lyndon, también quizá una nueva senda por la que adentrarse.