Trece temas bastante breves en su mayoría compuestos por el propio Pedro conforman este álbum editado tras un larguísimo paréntesis en los que estuvo dedicado fundamentalmente a su actividad teatral. Pocas concesiones a la improvisación en canciones que son leves cucharadas íntimas de una manera de entender el jazz en un amplio sentido y trufado de elementos étnicos.
Lo más destacable de estas breves piezas hay que buscarlo en ese “Batùque Bebé” de fuerte sabor brasileiro cantado a dúo con Ana Belén, junto a quién ya había trabajado en comedias musicales. Una samba de Lavapiés como la define la propia letra.
También merece la pena detenerse en “Sueño in material”, un atrevido bolero jazzístico en la que Pedro muestra una vez más su versatilidad y su capacidad de cambiar de registro y tempo. Una de esas plegarias íntimas que te derriban con un puñetazo de sensibilidad hasta dejarte irremediablemente fuera de combate.
En el plano instrumental, además de ese saxo tan querido, hay que señalar que este es ante todo un trabajo de variedad rítmica y percusiones. Parece que el propio Pedro Ruy-Blas quiere recordarnos que además de cantante, es un muy apreciable percusionista y eso, aunque no toque él directamente, se nota en sus composiciones.