Tras “Ith-Gael” (Ruada, 1980) Taranis poco a poco se convierten en una de las bandas folk que más conciertos ofrecía en España, alcanzando cifras de cincuenta actuaciones al año. Y es que su popularidad fue aumentando gracias a que muchas de sus composiciones se utilizaron como sintonías de programas de televisión y radio.
Su segundo disco llega en el 85 de la mano de EDIGAL. Un trabajo grabado en esta ocasión en los estudios Sonoland con Mauricio como técnico. De la fotografía de portada se encarga Eduardo R. Ochoa. La banda gozaba ya de una gran popularidad, llegando a tocar también por Europa adelante.
Su sonido mantiene esquemas anteriores, conjugando folk y modernidad. Revisando el folk desde una perspectiva vanguardista que hace que se adentren en el rock progresivo e incluso en el jazz rock. Canciones como “Romanza” son el ejemplo perfecto de lo que hablamos. Un corte que comienza con suaves vientos que traen una cadencia medieval que se mantiene hasta que las gaitas aparecen arropadas por la electricidad y un ritmo que se va acelerando conforme la canción avanza.
“Keltia” trae incluso cierta cadencia electrónica, con unos teclados realmente vanguardistas y riffs complejos. Se trata de uno de los cortes más sofisticados y experimentales de la banda. Modernidad y tradición.
Al igual que en su anterior entrega, aquí, aunque predominan los cortes instrumentales, también nos encontramos con canciones cantadas como “Desencontro”. En sus composiciones continúa muy presente el pasado celta de Galicia, algo que dejan claro en cortes como “Os druidas”.