Dos de los mejores temas que formaban parte de su LP “Manolo y Ramón” (Vergara, 1968) componen este sencillo.
Muy destacable el tema principal, una de esas buenas baladas en un estilo cercano a las grandes canciones que interpretaron a finales de los 60, gente como Engelbert Humperndinck o Tom Jones. Una melodía que demanda un vozarrón potente, que no es el caso de la de Manolo de la Calva, pero excelente como composición. A destacar la guitarra llena de sensibilidad que da inicio al tema.
La cara B ya baja un poco en cuanto a calidad. Un breve tema con una estrofa de dicción suave y un estribillo vibrante y coreable apoyado por un uso pelín desmesurado del viento y la cuerda.
Un buen ejemplo de lo que hicieron Manolo y Ramón en esos años de su carrera. Formalmente irreprochable e incluso vibrante, pero estéticamente algo alejado de lo que había sido su público natural años anteriores.