Inmediatamente después de la separación de Mamá, Manolo Mené publicó su único disco, un sencillo editado por la independiente Dos Rombos. Junto con Manolo Mené, participaban en el disco un par de ex-Mamá, Carlos Rodríguez al bajo y Guti a la batería.
Manolo Mené es el caso del músico dotado de talento, pero que no terminó de acertar en sus proyectos. El más brillante de ellos, Mamá, no terminó de cuajar y, en los restantes, lo cierto es que pasaron bastante desapercibidos. Tal es el caso de este disco que, sin embargo, contaba con dos canciones muy aceptables, el pop/rock del medio tiempo “Sueños” y la cara B, de pop oscuro y elegante, “Sombras de ayer”.
El disco, como no, se ve perjudicado por la escasez de medios y la producción, que hoy denominaríamos típicamente «ochentera«, con ese bajo de tonos funkis que suena enlatado, y la escasa contundencia de la batería. En todo caso, no sólo es la producción o la escasa distribución y nula promoción que le podía dar un sello pequeño como era Dos Rombos, también es que las canciones, muy correctas y agradables, resultan demasiado oscuras, y les falta algo de gancho comercial.
El disco pasó casi totalmente desapercibido y Manolo Mené ya no volvería a editar nada hasta la fugaz reaparición de Mamá, ya en los 90.