Sonidos de Un Derrumbe

Sonidos de Un Derrumbe

A pesar de las dificultades que la desmembración geográfica, con Pablo el batería y Áfrico el cantante fuera de Granada, puede imponer, La URSS vuelven a la carga con todo un LP.

Grabado del 23 al 27 de febrero en los estudios Tigruss de Gandía (Valencia), auténtico cuartel general de la banda cada vez que deciden grabar nuevo material. Masterización de Sergio W.A.R. en The Control Room.

Disco separado en aparentes unidades temáticas: En la cara A determinan «Los Límites» («Viejas armas, nuevas guerras«, «Ciudades» y «Control«) y «Las Vanidades» («Función-Defunción«, «Otros dioses«), mientras que en la cara B las canciones se reparten entre «Incendios» («El poder«, «Las masas» y «Andalucía maldita«) y «Los Silencios» («Ruido de cosas cayendo» y «La gran caída«).

Reinciden en esta nueva entrega en muchos de los aspectos más sobresalientes de otros trabajos: letras brillantes que logran con la precisión de poemas hacer de estiletes contra el entramado social, politico y económico que deshumaniza el ámbito en el que vivimos. El que ha provocado el derrumbe del que percibimos el eco y sonido. El hundimiento del Titanic, de ese gran Zeppelin que los miles de coches de la portada se disponen a ver como si de un pase de cine se tratase. Vuelven las guitarras arrebatadoras y contundentes. Recuperan el buen gusto por ofrecer un diseño atractivo, de grafismo en collages desconcertantes que parecen las portadas con las que se presentaría el sencillo correspondiente a cada una de las canciones del LP.

Pero son aún más las novedades que ofrece «Sonidos de un Derrumbe» (La Corporación, 2012). La claridad de las voces y coros, por ejemplo, una asignatura pendiente quizás del sonido de discos anteriores. Hay nuevas rutas de exploración, con texturas que cambian la oscuridad seca y vertiginosa de antes. Se apuesta por luminosidades de las guitarras o reflujos y consistencias de himnos a expensas de la acritud. Ofrecen muchas posibilidades para desligarse de la eterna comparación con Dead Kennedys a la que les exponen desde fuera, aunque apunten decididamente en esa dirección en temas como «Control«, donde incorporada la voz, recuerdan a Espasmódicos o TDeK, alumnos aventajados de los californianos.

No salen mal parados en la empresa de la innovación en general, con momentos deslumbrantes. Veáse sino el caso de «Otros dioses«. Es la pequeña obra de arte con la que acaba la primera cara. Guitarras que de comienzo se contestan unas a otras, con dejes de street-punk británico. No es más que un guiño, «Otros dioses» cuenta con la majestuosidad de los tonos de Bowie, con las reverberaciones por las que apostó la onda post-punk, timbres de UK Decay, Peter & The Test Tube Babies… Ya apuntaban estas maneras cuando en «Viejas armas, nuevas guerras» se dedicaban sólo a acompañar. Aquí se hacen dueñas y señoras de la canción. Estrofas que rezan «Lanzasteis vuestros gritos pidiendo sentido / Pero esa música aburre nuestros oidos / Nuestras risas despiertan vuestros horrores / Vibrando en el vacío de vuestros corazones» no hacen sino apuntalar uno de los temas atemporales del punk patrio. Seguro.

Las intenciones de los andaluces están bien claras desde el mismo momento en el que la aguja se pone sobre el vinilo. «Viejas armas, nuevas guerras» tiene la capacidad de convertirse en un himno. Guitarras luminosas, coros con solemnidad de apoteosis y Áfrico en plenitud. El nivel muy alto ya para empezar.

Cambian la estrategia en «Ciudades«, un tema que parece ir construyéndose por momentos. En arreones de sonido va generando expectación a duras penas contenida. Me convence definitivamente mucho más que «Función defunción«, aunque suponga un acertado apunte de cómo puede funcionar la batería cambiando continuamente mostrando el camino a seguir o de otras posibilidades para la voz principal.

Dedican gran parte de la segunda cara a las nuevas rutas antes mencionada. El comienzo, el que propone «El poder«, es punk rock donde las guitarras suenan provocadoras como las de UK Subs o marciales como las de Siouxie & The Banshees. Termina decantándose por un final al que lleva de la mano un teclado.

«Futuros amortajados / Olivos que crucifican a la carne conjurada / Por el arte y por la muerte / Con macabras carcajadas«. No son La URSS de los que se esconden, asombrando cuando deciden abandonar el tono de crítica general y global, para entonar el más descarnado himno de su Andalucía natal.

Me gustan mucho tanto «Las masas» como «Ruido de cosas muriendo«. Y me parece que en ninguna de las dos suenan igual que en ninguna otra canción que hayan editado antes. La última se pone en manos de un ritmo que la sitúa a medio camino de muchos extremos a los que me parecen que nunca se había apuntado antes. Tema onírico, surrealista, rico a rabiar.

Con «La gran caída«, se recupera el tono con el que había comenzado la segunda cara. Es una gran canción a la que sólo se le puede achacar el tener que compararla con «Otros dioses«, la manera en la que cerraban la cara A.

Un disco que pide ser descubierto en cada nueva escucha. Con La URSS tenemos un pequeño lujo instalado en la escena underground del punk. Congratulémosnos.

Grupo:

Hay ocasiones en las que el punk...

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Tracklist:

  1. Viejas armas, nuevas guerras
  2. Ciudades
  3. Control
  4. Función-Defunción
  5. Otros dioses
  6. El poder
  7. Las masas
  8. Andalucía maldita
  9. Ruido de cosas muriendo
  10. La gran caída

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