La música progresiva se adaptaba con dificultad al formato single dada la larga duración de sus temas. La forma de soslayar este problema fue la inclusión del tema dividido en dos trozos en las caras A y B del disco, única grabación que nos ha quedado del grupo Araxes, por donde pasó parte de la flor y nata de los músicos madrileños de su época, destacando por su trayectoria el flautista Jorge Pardo, el guitarrista Javier Esteve y el cantante Dick Zappala.
Uno de los grandes problemas formales de muchos temas de este estilo es unir distintas partes distintas sin que exista relación entre dichas partes. Esto es cuidadosamente evitado por Araxes en «Something to say», que tiene un desarrollo similar (salvando las distancias estilísticas) con un tiempo de una sinfonía. El tema se inicia con un solo de flauta doblada en la grabación que continua con la melodía principal cantada a dos voces arropada por percusión y flauta. Tras un diálogo entre las dos voces solistas, entran en acción las guitarras con un solo bien arropado por el grupo rítmico. La guitarra de Javier es rápidamente contestada por el dúo de flautas grabado por Jorge y un breve solo de la batería de Fernando que da pie a un nuevo solo de guitarra. Las enrarecidas aguas sonoras de cuatro solos sucesivos vuelven a su cauce, que no es otro que la repetición de la melodía cantada a dos voces.
Un tema bien construido con tintes de la mejor sicodelia, que a uno le recuerda a gente como Jefferson Airplane. A reseñar la chapuza de hacerlo pasar como grabado en vivo en la discoteca MM de Madrid, según reza la contraportada, cuando en realidad fue grabado en estudio y a esa grabación luego se superpuso burdamente una serie de aplausos. Una faena a la buena labor de un grupo que consiguió con este disco entrar en el top 100 haciendo una música alejada de todo lo convencional.