Tras la reorganización del grupo y el fracaso de la Rockorquesta volvieron a retomar la denominación de Asfalto. Eran José Luis Jiménez (bajo y voz), Lele Laína (guitarra y voz), Julio Castejón (guitarra y voz) y Terry Barrios (batería y voz), es decir, los Asfalto del primer LP con Barrios a la batería en vez de Cajide. Colaboraron además Lorenzo Azcona (saxo), Paco Palacios (guitarra) y Miguel Ángel Collado (teclados). El disco fue editado por Libélula, propiedad de Julio Castejón, se grabó a finales de 1989 y se publicó a principios de 1990. Contiene una versión de «The letter», canción con la que triunfaron los Box Tops en 1967, la única versión en un disco de Asfalto si exceptuamos el «Homenaje a Los Beatles» (Percasa, 1976), claro está.
Lo que te viene a la cabeza cuando lo oyes es ¿estos son Asfalto? Desde luego no son los de los tiempos gloriosos, está claro. El disco fue un fracaso de ventas y críticas debido al drástico cambio de estilo que no fue entendido. No es extraño que los fieles de la banda les dieran la espalda, ya que parecía dirigido a otro tipo de público.
De las canciones se puede salvar algo pero poco. El ambiente general del disco en lo musical es lánguido y tristón y los teclados son prescindibles, sobre todo si se comparan con lo que habían tenido antes. Las letras están bastante mejor y se salvan sobre todo las de Castejón, “Somos libres” y “Un día de estos”; también “Niños de Beirut” con un coro de niños es resultona. “Lo que el viento no se llevo” de Jiménez, alcanza el aprobado con un aire más fresco que el resto. Resulta más interesante “El lado oscuro de la calle”, cantada por Barrios, que eleva bastante el nivel general.
Como single se extrajo “Maldito gato”, que tenía en la cara B “Somos libres”. Poco después saldría “Yo me invento el mar”, con “Amigo mío” en la otra cara. Tras la muerte de Terry se publica en 1993 un tercer sencillo como homenaje con “El lado oscuro de la calle” acompañado de “Lo que el viento no se llevo”.
En definitiva, un disco que aportó poco bueno y que dejó la credibilidad de Asfalto bajo mínimos. Hasta ahora siempre habían mantenido un nivel alto en todos sus trabajos, aun con cambios de formación y de estilo, pero había llegado el momento de plantearse seriamente el futuro.