La producción de Maryní Callejo y los arreglos de Danilo Vaona buscan remozar la carrera discográfica un tanto mortecina de la artista. Mari Trini sigue siendo una de las cantantes españolas más cotizadas y con buenos directos, pero el público no quiere saber casi nada de sus nuevas producciones y le demanda sus viejos éxitos. Los nuevos productores intentan romper esa inercia con este breve disco (solo nueve temas no especialmente largos).
Tras la balada plañidera que abre el disco y que no es de lo mejor del mismo, se abren una serie de interesantes temas. Tras una banal y muy bien interpretada “Mi destino es llegar tarde”, encontramos “Palabras”. La propia Mari Trini se ha referido a esta canción como su canción preferida de las compuestas por ella en toda su carrera, a pesar de estar escondida en un LP y no haber alcanzado mayor trascendencia. Desde luego, es la de mayor enjundia del disco y es un tema grandioso en sus arreglos y con una letra reflexiva y brillante.
Con el cuarto tema vuelve a mirar hacia su Francia querida, concretamente hacia la Piaff, con la que tantas veces se la comparó. Un clásico con arreglos modernizados de percusiones inquietantes cantado en francés:”Je ne regrette rien”.
Del resto, hay que citar obligatoriamente “Una casa en el aire”, con una letra tan sentimental y a flor de piel como ella acostumbraba. La canción más comercial de este LP y un buen tema desarrollado en tiempo medio. Los apuntes de una breve y soñadora guitarra contribuyen no poco a un buen resultado final.
Cierra el disco una casi cómica “Sr. Juez” en la que una esposa despechada se despacha a gusto y con buen humor.