«Simpatía por el Débil» (PolyGram, 1991), cuyo título es un juego de palabras aludiendo al famoso «Simpathy for the devil» de The Rolling Stones, fue el último disco que The Refrescos editaron en Polydor, que no estaba contento con el cariz crítico que estaban tomando las letras del grupo y ni distribuyó ni promocionó convenientemente el álbum, desprendiéndose a la sazón de la banda. Por esto, para muchos aquí acaba la trayectoria de The Refrescos, pero nada más lejos de la realidad.
En este álbum el grupo cuenta con un nuevo productor, Eugenio Muñoz, que ya trabajara con Un Pingüino en Mi Ascensor o Siniestro Total, entre otros. De ahí además salen multitud de colaboradores para este disco, como Josele Santiago o César Strawberry (Def Con Dos).
Para su promoción se escogieron dos canciones, «Poltergeist» y «Fan«; mientras la primera tuvo algo de difusión por tratarse de una reconocible adaptación de «Poison Ivy» de The Coasters, la segunda ya pasó totalmente desapercibida. Pero su discreta acogida tuvo que ver también con que su contenido también lo era, pues este álbum no iguala lo ofrecido en los dos anteriores. Que se apueste por un contenido más político e irónico -«Justicia histórica» cuenta con extractos de discursos de Felipe González- no supone ningún problema, pero es que las letras no cuajan, no están tan bien acabadas. En el apartado musical, el grupo continúa su fidelidad por el ska combinado con elementos pop.
Tras este disco el grupo se disgrega y, para el cuarto y para el siguiente LP de The Refrescos, ya solo queda Bernardo de los miembros originales.