“Si ves a un marciano, dale; dale turrón. Si ves a una marcianita, dale, dale un polvorón”. Con este inicio uno puede ponerse en la peor tesitura rumbera. Cachondeo evidente, dobles sentidos y una forma de hacer música que, a esas alturas, era ya intragable desde cualquier punto de vista.
En la cara B, un tema que ya fue editado en Alemania y Bélgica en 1976 como cara B de otro single. Una rumba ralentizada con mucho gitaneo y flamenquerías destinada a un público muy, pero que muy poco exigente.