Y el salto a una multi no se hizo esperar. Sin perder ni un ápice de su personalidad, en 2003 los Sidonie editan este “Shell Kids” (Sony, 2003), bajando las revoluciones y virando un poco su sonido, mucho menos psicodélico y más rubber-soulero, pero igualmente guiado por el Sgt. Peppers en intenciones. Que quede claro: los ecos hindúes son ahora meramente testimoniales.
El disco no comienza, literalmente irrumpe. Tanto “On the sofa” como “Bla, bla, bla” son dos himnos imprescindibles de la formación, que enlazan con “Cousteaus’s zodiac”, la cual no se queda muy atrás. Un inicio enérgico, sin duda, tras el cual se pone pausa con la muy Teenage Fanclub “Standing together”, que abre el camino a los coros y melodías en este trabajo, hecho que llega a su máximo apogeo con “The sheltering sky”. Una preciosa canción que tanto recuerda al «Odessey and Oracle» (Date, 1968) de The Zombies y que se erige entre lo mejor de su discografía, con todos los matices inimaginables, texturas festivas, melancólicas, folk. Un cuento de hadas bajo el cobijo del cielo.
Los ritmos hindúes vuelven a asomar tímidamente en “Lev”, otra gran canción que pronto gira a la psicodelia más electrificante. «Just call it r ‘n’ r” vuelve a mezclar un poquito de drum ‘n’ bass con funky, teclados y… sabor a jam, como los mejores momentos de «Sidonie» (Bip Bip, 2001), pero con muchísima menos libertad formal. “Moments” corrobora que este es el album más Beatle de todos. Una “Lucy in the sky with diamonds” con inquietante theremín.
“Turn it up” da paso al sonido Television. Strokes con bongos de vacaciones en el mar. Eso si que es surrealista. Y es que la vena rockera que corre por sus venas (nunca han ocultado su gusto por Led Zeppelin) se rubrica en “Zapped” y “Let the horse b with u”, las más Rolling Stones del lote, aunque a su manera.
“Summer’s end (Henry´s mexican)” con coros tipo Beach Boys, la etérea “On and on”, y su segunda parte, ponen cierre a un disco que va de más a menos, y que aunque se diluye un poco, termina más que bien con ese delicado piano final.
Pero que nadie se maree con tanta referencia. Lo cierto es que Sidonie había encontrado su propio sonido y sus propias canciones, con dos álbumes excelentes.