El líder de Tarik y la Fábrica de Colores, Álvaro Muñoz, estaba en deuda. La afición que se quedó enganchada al Tarik de “On the Radio” (El Hombre Tranquilo, 1997) esperaba con paciencia como Penélope a Ulises. Tras ocho años tejiendo y destejiendo, al fin obtuvieron recompensa en formato cedé.
“Sequentialee” (Musroom Pillow, 2005) fue grabado en el estudio de Pedro Cantudo (Jubilee). Álvaro Muñoz quiso rendir tributo al espacio de grabación y titular el disco “Las Sesiones de Sequentialee”, pero decidió acortar (porqué si no la portada acabaría pareciéndose a la Piedra Rosetta).
Es un disco muy heterogéneo, cantado en inglés y en castellano, pero no por ello, difuso. Apoyaron y ayudaron en él, de diferentes formas, Eric (batería de Los Planetas), gente de Jubilee, Limousine y Underwater Tea Party.
Comienza fuerte (tras una ambientación marítima), con tres temas cantados en español que muestran un sonido pop enérgico y potente. Las tres primeras canciones son singles en bruto. El que finalmente lo fue, “Porque es domingo”, muestra una letra romántica y romanticista. La ideología de Muñoz siempre reivindica una vuelta al romanticismo del siglo XIX. El amor pasional, doloroso, real. “Porque es Domingo” habla de alguien que rechaza todas las obligaciones excepto las amorosas, aceptando con ello el sufrimiento que conlleva. La siguiente canción del disco, la cuarta, es “Algo que cae como la lluvia”. Poética y ruidismo musical que enlaza con The Jesus and Mary Chain.
Gracias o por culpa de “On the Radio”, y de las semejanzas en el timbre de voz, Muñoz fue comparado con David Bowie. Pero no, ese honor aún le corresponde a Miguel Bosé. Más aún si nos fijamos en la letra: “I forgot the lyrics” alude a los despistes del inglés a la hora de acordarse de sus propias canciones.
Subid el volumen: llega la atronadora versión del “Cinnamon girl” de Neil Young. Descubrimos cómo es posible erizar los pelos con un solo de guitarra provisto de una sóla nota, actualizando y refrescando el rock sin ataduras de Young de una manera rabiosa. Vuelve a cantar en castellano en otro gran tema, “Vengan los amantes”, un ensalzamiento a pecho descubierto del amor mortífero que surge de un poema escrito por el propio Álvaro Muñoz.“Velvet suicide” redunda en la misma idea pero ahora recubierta por un sonido muy cercano a Suede.
El disco necesita un descanso, y lo encuentra en “Un apartamento en Pére Lachaise”, título que suponemos viene del oscuro sentido del humor del cantante (es el nombre del cementerio parisino en el que tienen habitación Jim Morrison o Edith Piaf, por ejemplo). Un tema instrumental, con sus violines, trompetas y coros femeninos. En la onda banda sonora tipo Burt Bacharach.
“Sequentialee” finaliza con un mal tema, “Sé que algún día”, posiblemente fruto de un ajuste de cuentas personal.
En conjunto es uno de los mejores discos del 2005, y aunque desconocido, con una capacidad de llegar a las masas como hacía tiempo no se escuchaba por España. Sin embargo, cosas de la vida (o del negocio), esta premisa no se cumplió. Pero siempre se está a tiempo para rescatar un disco pop redondo que no defraudará a quien a él se acerque.