En el autoproducido «Dice la Gente» (Warner, 2010), Kiko se presentaba con total libertad y sin presión de ningún tipo, y obtuvo como resultado uno de los mejores trabajos del de Figueres. Bien es cierto que era un poco disperso e inconcreto pero, para pulir esos detalles, en este «Sensación Térmica» (Warner, 2012) cuenta a los mandos con Raül Fernández (Refree, Corn Flakes, Sitcom, Élena, Shudo), que pone un poco de orden y homogeneidad. Pero en este su undécimo álbum el resultado es un poco decepcionante. Lo fácil hubiera sido seguir la senda de su anterior trabajo pero entonces no sería Kiko, siempre innovador y explorador de nuevos sonidos -una muestra es «Babú» que le acerca a la música negra-; aquí el catalán se muestra más experimental, con actitud punk y espíritu juguetón.
Del porqué del título y su relación con el álbum Kiko dice: “Es una expresión nueva, inventada hace no más de diez o quince años por los meteorólogos. Así se llama la última canción del disco. La intención: dejarte una temperatura más agradable de la que realmente hace”. Musicalmente el catalán sorprende con una gran amalgama de elementos electrónicos y samplers dentro de largos desarrollos -la mayoría de los temas pasan de los cuatro minutos- donde los aciertos y los fallos se van repartiendo.
Kiko abre con «La vida es dulce«, un hit instantáneo que desde ya debería de ser un clásico de su cancionero («Quiero sentir el peso del mundo / Volver a oír / Entre las olas del mar / Del mar profundo / La voz lejana que me susurra / La vida es dulce«). El catalán no siempre se muestra tan optimista en este álbum, ya que en varios momentos refleja la cruda realidad que nos está tocando vivir. En «Mala suerte«, Kiko aborda las cosas que, según él, no funcionan en el mundo, como las políticas pesqueras occidentales en África, la acogida a la inmigración y los elementos que han causado la crisis que estamos viviendo.
También hay espacio para medios tiempos como «Sólo con palabras» y «Namasté«, donde cuenta con la colaboración de Silvia Pérez Cruz (Las Migas), en un tema donde Kiko juega con las palabras en un estilo bastante reconocible que también usa, aunque sale peor parado, en «No cal patir» con unas rimas demasiado facilonas y tontorronas.
Para el final, Kiko presenta una tripleta inspirada que inicia con «Los planetas«, el tema más pop del lote. Largo inicio instrumental y “Qué fácil es pasar de helarte a quemarte / Yo no quiero vivir ni sufrir por amor al arte”. Poesía pura, como lo es «Malagueña de San Juan de la Cruz«, donde Kiko adapta magistralmente una parte de la obra «Cántico Espiritual» (1578) del místico abulense. Para cerrar el álbum canta el tema que da nombre al disco, «Sensación térmica«, un cuplé guitarrero que deja un buen sabor de boca.
Señalaba Kiko: «La verdad es que no sé si gustará este cambio, seguro que habrá quien piense que es demasiado arriesgado«. Más que arriesgado, algo que nunca se lo echaremos en cara, es la sensación general de que había buena materia prima pero no se ha podido o sabido exprimir del todo.