La senda abierta por “Function” (BCore, 1996) llega finalmente a puerto en este único LP de Xmilk. Si el hardcore es un género extremo, esto es más extremo aún, de una beligerancia absoluta con un compromiso absoluto en su sonido y en su idea. La obra magna de un grupo que además sirve de despedida.
A poco de comenzar el disco ya tenemos claro que lo que Iván y Raül están dando de sí -que, por cierto, es TODO lo que se puede dar- es más que hardcore. Se acerca rotundamente al metal alternativo. Los cambios de “Scarcity” son prácticamente groove metal revestido. Y mencionado este tema, merece la pena señalar la secuencia que forma junto a “The element of separation”; lo mejor del disco y lo mejor de su carrera: “Scarcity” dura dos minutos, pero parece que dura uno; “The element of separation” dura tres minutos que parecen cinco. La furia de una y los cambios de ritmo e intensidad del otro condensan en tan solo cinco minutos una auténtica montaña rusa emocional. Y al final, Raül con el corazón en la boca… Impagable. Pero aún queda fuelle para el resto del disco, con “Brotherhood”, “Erase that ink”, etc.
Los sabidos referentes a los que se hacen mención cuando se habla de Xmilk o de “Scarcity” (BCore, 1998), sin dejar de ser válidos, no bastan para resumir lo que aquí se puede encontrar. Una secuencia tremenda de rabia y respuesta social, yendo un poco más allá de los lugares comunes a los que cualquiera puede llegar. Pero además, todo ello muy trabajado, en el que probablemente sea el mejor álbum del género del país.
Si un día hubo algún registro melódico en Xmilk, nadie podría imaginarlo con semejante disco. Doce canciones despachadas en menos de media hora (aparte queda un tema oculto, una versión de Gorilla Biscuits, “New direction”) a un nivel que no podía tener parangón (imposible!). Mejor acabar así.