La evolución que ya percibíamos en «A la Hora del Sol» (Mushroom Pillow, 2010) se confirma en la nueva entrega de los sevillanos Maga. El disco ha sido grabado en los Estudios Ultramarinos de Santi García y ha sido co-producido por el grupo y Ramón Rodríguez (The New Raemon).
Las guitarras y el ruido ganan protagonismo dejando a un lado esquemas anteriores. Las iniciales «Hagamos cuentas» y «El ruido que me sigue siempre» lo dejan claro desde el comienzo, con un sonido que se acerca a formaciones como Igloo -Miguel Rivera colaboró con los pontevedreses en «Sin mentiras» de su disco «La Transición de Fase» (Ernie, 2009)-. La idea del grupo es cambiar de tercio, hacer canciones pop con una visión personal yendo al grano sin perder ni su esencia ni sus virtudes.
Lo cierto es que Maga llevan tiempo cuesta abajo, tiempo sin alcanzar los logros ni las grandes composiciones de sus primeros trabajos. Y con este, tampoco lo logran. Estamos ante un trabajo irregular, que nos deja grandes momentos como «El ruido que me sigue» o «Tres segundos«, pero que en muchos otros peca de anodino y nos hace pedir la hora. Cortes como «De memoria» o «Ver de otra manera» son insustanciales y tediosos.
En «Antorcha humana» se acercan al intimismo y la luminosidad, Miguel Rivera prueba con el falsete y el resultado es una maniobra de aproximación cálida y sincera. Cierra «En mi honor«, abriendo con tintes acústicos que terminan con desgarro y crudeza.
«Satie Contra Godzilla» (Mushroom Pillow, 2011) es un trabajo bien ejecutado y bien producido, pero irregular y anodino por momentos. Espero que Maga terminen por encontrarse a sí mismos y vuelvan a la senda de los grandes.