Imprescindible sencillo extraído del único larga duración. Sin duda las dos mejores canciones, con permiso de «Susan get down«, que llegaron a grabar.
La primera, un rompepistas petardo que deja a la altura del betún a todos los posteriores emuladores. La segunda, su canción más pop, con una letra que describe la maternidad de un modo cruel y sui generis.
Como bien dice mi colega Daniel en su crítica de Blas y Las Astrales, esto ya estaba inventado hacía veinte años.