Imagínate a un niño con semblante diabólico que te mira fijamente a los ojos y susurra con voz cantarina un “ya están aquí…”. Bien, era para ponernos en situación.
Los Carniceros del Norte ya están aquí con trece nuevas canciones. Trece otra vez. Siempre trece. Además de las anticipadas en "Sangre" (Zorch Factory, 2010), este nuevo trabajo reproduce nueve tributos al cine de terror hecho, en este caso, en México, España, Italia y otros parajes latinos. Un homenaje a Paul Naschy, Jess Franco, Mario Bava o Dario Argento. Fue precisamente Naschy quien protagonizó y coescribió "La Noche de Walpurgis" (León Klimovsky, 1971), una historia sobre vampiros y hombres lobo (pero de las buenas, de las de antes) que sirve de base a la primera canción del disco. Nada que objetar. El buen hacer de Los Carniceros sigue vigente. En lo musical parecen haber mejorado incluso. La siguiente, “Gritos en la noche”, ya nos la habían presentado, y sigo sin poder resistirme a eso de “las chicas de vida fácil desaparecen fácilmente”. Sí, sí. Los Carniceros han estado entrenando.
En “Las tres caras del miedo” queda muy claro. “Las tres caras del miedo reflejan niños muertos / las tres caras del miedo, la muerte, el dolor y el tiempo” canta Txarly en uno de los mejores estribillos firmados por el grupo. Más cercana al sonido de "Poe is Dead" (Zorch Factory, 2009) que al de su anterior LP. Lo que no significa que se hayan olvidado de su agresividad, como demuestran en “No profanéis el sueño de los muertos” o “Rojo profundo”.
Inquisición y brujería durante la Edad Media resucitan en pleno s. XX cuando dos viajeros cometen un error. Sobre esto va "La Máscara del Demonio" (Mario Bava, 1960) y en ella se basa “Domingo Negro”, otro ejemplo de que las guitarras afiladas de H. Zombie siguen tan presentes como siempre. Toca reencontrarse con “La maldición de la llorona”, que se sumerge en una atmósfera más densa y deja claro que Los Carniceros del Norte pueden tirar de canciones menos aceleradas todo lo que les apetezca y más. Un punteo que suena a los primeros Héroes del Silencio introduce “Veneno para las hadas”, probablemente la mejor canción del disco. Cuatro minutos de guitarras afligidas, voces torturadas y teclados plutónicos. Los Carniceros también pueden emocionar.
“El ataúd del vampiro” deja paso a “Miss Muerte”, otra de las grandes. Pinceladas electrónicas, el bajo palpitante de Nando Fausto y, de nuevo, un estribillo notable: “Miss Muerte se oculta en la fragilidad / de los que han nacido para perder / y muerden la mano que les da de comer”. Otra pizca de electrónica en “Alucarda” y el experimento funciona. Si el siguiente disco continúa por derroteros algo más industriales no hay por qué desconfiar. Todo lo contrario. Va llegando el momento de terminar con la magnífica y abrasiva “Amantes de Ultratumba” y la pendenciera“Kill Baby Kill”, esta últimasobre un film de Mario Bava en el que una niña asesinada vuelve de la tumba y “saca ojos” y “mata viejos”. Delicioso.