En 1981, Dionís y Toni Olivé refundan el grupo, ya con su formación definitiva, junto con Joan Navarro, Jerónimo Martínez y el guitarrista Xavier Juliá, que venía de tocar con Loquillo en Los Intocables y en los primeros Trogloditas, y que compagina Melodrama con otros dos grupos: la banda de Morfi Grei y Aurelio y los Vagabundos.
Poco después, firman con CBS, que les edita este single producido por Tony Ronald que, a pesar de que no parecía la persona más indicada para entender los nuevos sonidos que estaban surgiendo, tampoco se puede decir que influya demasiado en el resultado definitivo.
El disco cuenta además con una portada horrible, aunque todo tiene su explicación: se trata de una fotografía descartada que, por error, se toma como buena. Eso sí, en ella, y en plena época en que los grupos nuevaoleros se caracterizan, en su mayoría, por sus pintas estrafalarias, pelos de colores y demás, Melodrama aparecen con pantalones de tela azul, camisas blancas y chalecos verdes de pico. Habría que preguntarse si, en ese contexto, no era más rompedor y transgresor esto último.
Las canciones, sin ser tan buenas como las de su anterior entrega, tienen su encanto. Así, la primera de ellas es de sonidos sesenteros, una balada muy agradable, con un estribillo muy pegadizo, y la segunda, más movida, es de sonido mucho más de la época, puramente nuevaolero, un poco en la línea de grupos como Alaska y los Pegamoides (por entonces considerados lo más a la última en cuanto a modernidad), o La Mode. Pero sólo un poco, ya que, si algo caracteriza a Melodrama, es que es un grupo absolutamente personal y original, al que es muy difícil encontrar parecidos o referencias.
Como decimos, las canciones están bien, pero se echa en falta en cierto modo el sentido del humor y la ironía que presidía las del anterior sencillo. En cualquier caso, la compañía no entendió al grupo, tratando de venderlo y promocionarlo en radios como un grupo de pop melódico a la antigua usanza, no como el quinteto nuevaolero e innovador que, en realidad, eran.