"Ruido Rosa" (Subterfuge, 2012) es la puesta de largo de Pantones, el grupo madrileño con aires de all-girl band, pero que en realidad sólo lo es en sus dos terceras partes. Es precisamente el tercer elemento en discordia, The Ant, el que se encarga de recubrir todo con rugosas guitarras que garanticen la componente punk del combo.
Caricatura de Puño sobre fondo de rosa chillón. Dulzura y gamberrismo dicen desde el grupo, sin tener que indagar en más cuestiones de género.
Grabado en los Sincutronic Estudios, es decir con el dúo Joaquín Rodríguez (Los Nikis, Los Acusicas) y Javier Pelayo (ddt, Vigilante Gitano, Los Acusicas), en los meses de abril y mayo de 2012. Desde fuera uno diría que todo un acierto en la elección, sobre todo dados los parámetros que barajan Pantones para su música.
Y es que Pantones son punk con chicle de fresa, goma de mascar recién salida de high-school norteamericano. Melodías angelicales de chicas que saben cómo planear hacerse con su chico, investigando por internet sobre sus gustos, preparándole un cumpleaños ideal o adormeciéndole para arrebatarle su camiseta, por la que son capaces de matar. No importa si todo apunta a un secuestro irracional ("No pienses que estoy loca, estoy loca por ti").
"Yo hoy no pincho ningún lento, por si una lista se te acerca y luego me arrepiento", dicen en "El día de tu cumpleaños", un tema que suena para ti. Amor teenager, acné irracional y compromiso nulo con cualquier otra bandera. Filosofía del más rabioso momento a ritmo acelerado de guitarras. ¿Por qué se lo ibas a recriminar a Pantones, por qué pedirles más profundidades si gente como los mismísimos Ramones crearon escuela sobre esas bases? Y por las mismas, ¿por qué no ser igual de puristas con las aparentes insustancialidades de Los Romeos, ddt o Los Acusicas, por ejemplo, cuando también podían tenerlas?
Finalizan con una versión, el "Da Doo ron ron" de The Crystals, tocada a una velocidad de vértigo dando muestras de su cultura musical a la hora de elegir referencias y de criterio a la hora de hacer suya la versión apretando el acelerador.
Para aquellos para los que el punk-rock puede ser bien una profunda reflexión de cómo debería ser el mundo o bien una estupidez para adolescentes, Pantones no saldría de esta última categoría. De igual manera, habrá quién esté esperando ya los argumentos de su posible segunda entrega para saber si pueden acusarles de repeticiones o cortedades de mira. Allá ellos, dirán desde el grupo, porque para qué preocuparse por lo que depara el mañana: "We want the world and we want it now", que dirían los Ramones.