Grabado en los estudios Brazil de Madrid entre septiembre de 2002 y octubre de ese mismo año, Rosvita se autoeditan este LP que sirve de carta de presentación aunque con unas referencias visibles quizás un tanto obvias -la sombra de Los Piratas bebiendo de Radiohead en el «Ultrasónica» (Warner, 2001) planea por todo el disco, incluso la de Maga, además de los paisajes sonoros y desarrollos de guitarras propios de formaciones de post-rock bien conocidas («Intro» es puro Mogwai, aunque sin la mordiente de estos y con aromas más jazzísticos)-.
Por tanto, temas como «Quedándome» o «Cena fría», cuentan con el handicap de asemejarse demasiado a las bandas anteriormente mencionadas, siendo las composiciones instrumentales, como «Siete Hermanas» y, en especial, «Brazos de plata» las más interesantes, pues es en ellas en los que se da rienda suelta a la personalidad de la formación, aunque no sean precisamente lo más representativo de este trabajo.
En resumidas cuentas, se trata de un disco iniciático, en el que los Rosvita ya muestran algunas de sus señas de identidad, como un gusto por la experimentación, tendencia hacia lo instrumental, el cuidado por los detalles (para ser un primer disco autoeditado y a pesar de no contar con una portada excesivamente bonita, la edición cuenta con algunos diseños del propio Ángel Valero muy interesantes en el libreto interior, además de un texto libre con frases sin sentido pero cargadas de significado), pero que en general no es tan original ni atractivo como en lo que en sucesivas entregas nos demostrarán que pueden ser.