Se trata del típico primer disco de los conjuntos de folk español de la época. No difiere de las óperas primas que poco después grabarían Maíz y Laurel o Jubal, por citar dos grupos afines. EL punto fuerte reside en coros bien armonizados, aunque los solistas, generalmente masculinos, no brillan especialmente. Los arreglos vocales e instrumentales son muy sencillos.
En el repertorio hay un poco de todo dentro del estilo. Aparecen temas bien conocidos como “Molondrón”, que ya había sido grabado por Joaquín Díaz, otros bien conocidos dentro del folclore castellano, caso de “Los reyes de la baraja” , gallego: “La panocha” asturiana, “Molondrón” o villancicos como esos melodiosos “Airecillos de Belén”. La canción que cierra el disco: “Romance del conde Lara” es precisamente el tema con el que ganaron aquel concurso Patio Folk, que les sirvió para interesar a la discográfica y, a la postre, la que dio inicio a su carrera.
En las instrumentaciones sacan bastante partido a la percusión, especialmente al pandero y el almirez como muestra el inicio de la primera pista del LP y también en “Labradores de Castilla”. Hay apuntes de flauta de pico alto, que ya poco aparecerían en los siguientes discos.
Como curiosidad citar que aparece una canción cantada en francés, “Rever viens du printemps”, una de las pocas concesiones que haría el grupo a las lenguas extranjeras en toda su larga trayectoria.
En suma, un disco de debut que no pasa de correcto en la que NMJ carece aún de esa garra interpretativa que más tarde serán su santo y seña.