En el segundo álbum ya nos encontramos un Nuevo Mester de Juglaria más reconocible. Cantan con más decisión, alternando las intervenciones de voces masculinas y femeninas. Los arreglos instrumentales están más trabajados y el estilo ya apunta a un futuro marcado por las canciones castellanas de contenido picaresco a veces.
En el repertorio se nota que ha habido trabajo de campo e incorpora temas tradicionales poco conocidos procedentes de Segovia, Cuenca, Ávila, etc.
A destacar el magnífico trabajo vocal en la conocida “A los árboles altos” . También es interesante “La molinera”, un tema recogido por Agapito Marazuela. El protagonista es la percusión no convencional: pandero, tabla de lavar y almirez. Ese es todo el envoltorio instrumental de las voces. Supuso, en ese momento, una innovación y una de las canciones más conocidas del grupo. Otro de los temas fundamentales del disco es “Antón”, una variación del clásico Antón Pirulero.
“Las habas verdes” y la “Ronda de San Juan” son canciones populares de la festividad de San Juan, inicio del verano celebrado antaño como una de las grandes festividades del año.
“Barre la calle” es un ritmo de bolero que mezcla en su letra lo mundano y lo religioso con un ritmo machacón, que no por eso pierde elegancia. Los arreglos ponen en primer plano ese ritmo y la flauta, pasando las voces a un cierto segundo plano con bastante eco.
El grupo muestra que en dos años de actuaciones y ensayos han centrado sus objetivos estilísticos y van camino de adquirir un estilo propio, bien diferenciado de otros grupos de la especialidad.