Grabado cuando Cómo Huele! había quedado reducido al formato de dúo tras unos comienzos en los que multitud de amigos de la cuadrilla habían transitado en diferentes formaciones, «Romances y Aventuras» se edita como apuesta personal de Ganga Records, un pequeño sello con ganas de haber jugado un papel relevante en la escena independiente del Bilbao de los 80. Fueron ellos precisamente los que corrieron con los gastos de la grabación en los estudios Gain de Berango (Vizcaya) y de la posterior edición.
A Javier y Borja, los dos únicos componentes en la refundación de Cómo Huele! les ayudaron José Zumieta al bajo y Pedor M. Hoyuelos a los teclados para grabar el disco en junio de 1984
Recorrido por un tecno-synth-pop muy de la época que sitúa a uno por territorios explorados de una u otra forma por proyectos como Golpes Bajos, ClaustrofobiaAñade este contenido, Alphaville o los propios Derribos Arias. Su «Me quieren hacer comer«, aparentemente escrito para describir las dudas del adolescente que se enfrenta a la posibilidad de su primer encuentro sexual, tiene mucho de rap desquiciado como aquel «Disco Pocho» de los Poch y Alejo.
Desquicies rápidamente compensados con los ecos de terciopelo de «Ramillete» o «Uno de los dos«, crónica de amores jamás revelados por esa parálisis y timidez a la que también cantarían desde The Smiths hasta Le Mans. Historias de amor, insatisfecho, no correspondido, platónicos o de los que llevan a planear un suicido en pareja, conjugados con letras describiendo cadáveres flotando con la elegancia de «Tras las dunas«, uno de los momentos en los que quizá más cerca les sitúe de ejemplos neo-románticos en clave electrónica de la escena europea.
De entre muchos momentos a destacar, probablemente «Ramillete» y «Sebastián» merecerían una mención especial, y hace pensar en las posibilidades de un grupo que en éste, su primer disco, todavía mostraba la crudeza propia de un plato delicioso pero que hubiera requerido algo más de cocción. Faltaba quizá la madurez que nunca lograron por tener el final abrupto que impone la marcha de Javier, responsable de la orquestación del grupo en su última etapa, a Barcelona. En una década propicia a movidas y escenas alternativas, Cómo Huele! hubieran logrado, casi sin lugar a dudas, convertirse en uno de esos nombres a recordar para siempre.