Soy perfectamente consciente de que en ciertas posiciones hay que dejar los fanatismos a un lado y que las afirmaciones absolutas y categóricas son el enemigo del que escribe; pero es que cuando se habla de este "Rojo" (Polygram, 1988) se habla de uno de los mejores discos de Barricada, para muchos el mejor de todos; el puñetazo en la mesa, la apuesta por la madurez. Drogas ya tiene veintinueve castañas y decide que ya es hora de ir haciendo las cosas de otra manera, de evolucionar. Tal es la evolución que prescinden esta vez de llamar a Rosendo y contratan a Dennis J. Hermann para la producción. Si a eso le añadimos unas composiciones redondas y que se toman a sí mismas muy en serio el resultado es un discazo de los que marcan época. Así demostraron los navarros que lo de pasar de ser un grupo a un grupazo iba en serio.
Y desde el principio queda claro, con esas guitarras iniciales casi venidas del infinito de “Rojo” (inevitable pensar en el toque setentero de Journey) y el vertiginoso juego de piernas de “¿Quién es?” que baila alrededor del oyente sin que éste sepa bien de dónde vienen esos jabs sonoros y esas voces del estribillo.
Incluso tirando de lo que ya nos tienen acostumbrados parece que los Barri tienen seis tours mundiales a sus espaldas, temas birreros y de cuernazos arriba como “En el suelo” suenan decididos y serios como una protesta a la administración escrita por triplicado y un tema de disconformidad y descontento como “Abrir y cerrar” que en otro momento hubiera resultado cañero y vacilón, se convierte en un muestreo de sensaciones, un apagar y encender de interruptores continuo.
Por más que me lo pienso no puedo quedarme con una sola canción; “La hora del carnaval” intercala guitarras subterráneas en las estrofas con sondas espaciales en los puentes y estribillos; y “Cuidado con el perro” rezuma estilo, tanto que puede acuchillar a cualquiera que pase con sus licks sin tener que rendir cuentas a nadie.
En definitiva, el disco más redondo, completo, maduro y sorprendente del grupo. Ni qué decir tiene que el pelotazo que pegaron fue muy grande (más a nivel estilístico que de ventas, esas vendrían en masa después); personalmente a servidor siempre se le antojará poco todo el crédito que se le dé a los que marcaron el camino; cuando al grabar este disco dijeron que por aquí se va a dónde están los grandes, seguidnos.
Seguidlos.