Hoy día, la única referencia de Ouija es considerada como la gran obra del black metal en España. Esto en principio puede sonar como el que hace el mejor disco de country en Uganda, pero el hito fue real. Hubo exponentes anteriores, como Xharathorn, pero la calidad sonora de las grabaciones dejan realmente mucho que desear. Este «Riding Into the Funeral Paths» (Repulse, 1997), con portada a cargo de Joe Petagno (autor también de las famosas de Motörhead) es, aparte del primer LP -no EP, no demo– del género de un grupo de España, el que cuenta con el mejor sonido, que sin ser brillante es decididamente bueno.
Entre los referentes, en cabeza están claramente Satyricon y Marduk, aunque el resultado puede recordarnos tal vez a unos primigenios Cradle of Filth -«Hear the call of wolves«-, pero solo circunstancialmente. Como estos, Ouija ahondan en detalles -como el comienzo de «When the sun shall die«- y giros rítmicos y melódicos. Como aquellos y como se dijo ya en la biografía, nos proponen un black que, sin perder cierta capacidad atmosférica, tira a un ritmo trepidante. La temática del black metal no se caracteriza precisamente por su amplitud, y Ouija apuestan por la satánica o simplemente anticristiana, que enraiza más con el paganismo nórdico.
Como se ve es, por tanto, un álbum totalmente pegado a la formalidad de género, sin aportes sorprendentes para alguien que ya conozca el black metal nórdico. Sin embargo las canciones son muy buenas: aparte de las dos mencionadas, destacan la homónima y especialmente «Crossing the seventh gate«. Las únicas pegas son que el teclado muchas veces hay que imaginárselo y la poca cohesión con la que en determinados momentos suena la batería. Tampoco las partes graves del cantante suenan al nivel debido, pero todo esto queda en un nivel muy secundario cuando se afronta el álbum como concepto general.
En conclusión «Riding Into the Funeral Paths» fue sin duda lo mejor que desde aquí y en aquel entonces se podía dar en materia de black metal, pero además lo hizo por encima de lo esperado. Hoy día se puede conseguir una reedición con relativa facilidad en un doble CD -el segundo disco corresponde a la banda alemana Anasarca- a cargo del sello norteamericano Blackend.