Reza

Este disco supuso el debut y despedida de Carmina Campos en el mundo discográfico. La canción principal, compuesta por Casto Darío de Los 3 Sudamericanos, es una pieza melódica de arreglos previsibles que muestra la voz de Carmina destacada en primer plano sobre un discreto fondo de orquestina en el que sobresalen los trompetazos inmisericordes del solista.

“Nuestra samba” procede del repertorio de Jacqueline François y sobre el característico ritmo de samba, la cantante teje una melodía melancólica con interesantes apuntes de flauta y ritmo contagioso. En mi opinión, la mejor pista del disco.

Siguiendo con los ritmos brasileiros que triunfaban en Europa en los primeros años 60, la tercera canción es “Ay, ay, ay, que luna” de los compositores italianos Pallavicini y Buffoli a ritmo de bossa nova. Una canción juguetona en la que Carmina juega con las dinámicas (volúmenes de interpretación), pasando con elegancia de pianos a fortes. El trompetista vuelve a hacer de las suyas, mostrándose estridente.

Cierra el disco “Tú”, una balada calmosa y plana con un cierto halo misterioso, propiciado por los saxofones y la flauta. Una pieza típica del cabaret de los últimos 50.

En suma, un disco aceptable que nos dio a conocer una voz potente y bien trabajada, que por razones más bien tirando a oscuras no tuvo continuidad, al menos en lo que al vinilo se refiere.