Nada es lo que parece a primera vista en el universo alrededor de Charnego. Su aparente buena disposición deslizando dosis de humor, no logra ocultar una alta graduación en rabia y mala baba. Si bien muchas de composiciones llevarían al disco al cajón del post-punk o post-rock, junto a trabajos de Lisabö o Fabuloso Combo Espectro, momentos como los de «Enric Swag Juliana» o «La ruta del pelotazo» hablan de la necesidad de un análisis más fino a la hora de encarar la música del grupo. Y es que si en el resto de este su trabajo de debut, las canciones se quedan en la franja entre los 2 y 3 minutos, en estos otros dos ejemplos, coqueteando incluso con el spoken word, alargan con generosidad la duración cambiando además por completo el tono.
El Niño de ElcheAñade este contenido, Fernando Arrabal o Enric Juliana quedan mal disimulados en los títulos de unas canciones que, en realidad, tampoco necesitan de la mención de ningún famoso en concreto.
Canciones de energía arrebatada, con guitarras y giros afilados. Construcciones post-rock o post-punk, con maneras y construcciones innovadoras.
El debut de Charnego sorprende, pilla por sorpresa al oyente predispuesto a un registro fijo concreto. Es preferible una escucha sin prejuicio alguno, receptiva y abierta a toda consideración.