Este disco lió la mundial, Recuerdo que mi maestro, Don Severiano, nos lo hacía cantar a menudo, llevando el ritmo sobre la mesa. Fue un suceso nacional; sin embargo no pasa de ser un feliz disco de villancicos navideños. No obstante, marcó un punto de inflexión en la carrera de este cantante, que se vio convertido en gloria nacional con este tema que en los años 40 y 50 cantaron en Estados Unidos, Bing Crosby, Frank Sinatra, Andy Willians y todo bicho viviente. Aquí era menos conocido y causó un auténtico revuelo. Todavía hoy es pinchado con asiduidad en parroquias y grandes almacenes cuando llega la cosa navideña. Fue el primer número 1 oficial de este cantante en lo que a ventas se refiere, y el tema ya venía incluido en el LP “Raphael” (Hispavox, 1965).
El resto, más villancicos populares bien cantados, pero que poco aportan al género. Bueno, así de veleidosa es la diosa Fortuna con sus hijos. Éste disco barrió el mercado y otros mejores de este mismo artista no habían pasado de éxitos con sordina.