Contra todo pronóstico y tras años alejado de las listas oficiales de ventas y popularidad, Raphael va a volver a los primeros lugares con este sencillo, que presentó en septiembre de 1977 en el Festival de Mallorca, al que acudió como estrella invitada.
Vuelve Raphael en estado puro. Desgarro, teatro, masticar cada sílaba e interpretar cada palabra. Letra relativamente escandalosa y un estribillo desaforado que pronto se hizo famoso. Raphael volvió a ser imitado por todos los humoristas y ése es un barómetro de popularidad que nunca falla. Insisto en que el estribillo es como para no perdérselo.
En la cara B, nuestro ídolo nacional se nos pasa al ritmo disco. Suena realmente raro y su voz profunda y rotunda es demasiado buena para el estilo, pero él se empeña en tocar todos los palillos sin dejar uno.