Aprovechando que Betunizer usan una cita del eclesiástico e historiador inglés Thomas Fuller para bautizar su disco de debut; permítanme que empiece yo también usando otra sentencia de la misma persona. “No acometas obra alguna con la furia de la pasión; equivale a hacerse a la mar en plena borrasca”. Dicha frase no es baladí. En las primeras escuchas de este “Quien Nace Para Morir Ahorcado Nunca Morirá Ahogado” (BCore, 2010) el trío valenciano parece querer contradecirlo. Betunizer parecen dejarse llevar por la furia de la pasión y tratan de embestir las olas en pleno temporal. Pero cuando nos vamos fijando en los detalles nos damos cuenta de que no. Que lo que parecía caos ahora es orden. Y que sí, es cierto, hay furia pero está canalizada acertadamente tanto por el grupo como por el productor.
Se grabó en los estudios guixolenses Ultramarinos Costa Brava de Santi García, componente de No More Lies, Vistalegre y Ghouls ‘n’ Ghosts, con una idea muy clara. Reflejar el sonido que logran en sus directos. Algo que Santi García consigue sin que por el camino se pierda la esencia del grupo. Y éste es precisamente uno de los grandes aciertos del álbum, ya que los directos de Betunizer son lo más llamativo del grupo. El otro es la corta duración del disco. Ya que en este tipo de música una excesiva duración puede acabar aburriendo al oyente.
Quizás al neófito en este tipo de sonidos le puedan llegar a sorprender, pero cada uno de los componentes de este trío ya nos había dado buenos motivos para creer en ellos. Marcos Junquera era batería en esa pequeña maravilla que era Salchicha y participa junto al grupo barcelonés Za en un proyecto de música improvisada llamada Orquesta del Caballo Ganador; Pablo Peiró por su parte es miembro de Los Masticantes, un proyecto de improvisación audiovisual, mientras que José Guerrero ya había mostrado sus inquietudes bajo el pseudónimo de Rastrejo.
Su música nos recuerda tanto a estos proyectos como a otros grupos de la escena hispana como por ejemplo The Joe K-Plan o los ya mencionados Za!. Pero teniendo, como ellos, verdadera personalidad propia porque Betunizer suenan a Betunizer. La primera parte del disco es impecable. Suenan arrolladores con mensajes cortos pero concisos y no dejando ni un momento de respiro. Temas como “Teniente corrupto”, que invariablemente nos hace recordar la película del mismo nombre de Abel Ferrara, “Repaso de huecos” con el que abren fuego, o “Pantano al ardor” son perfectas muestras de lo que pueden llegar a hacer.
En la segunda parte del álbum nos encontramos con unos Betunizer más salvajes, acelerados y descontrolados. Esto último es lo que hace que el disco decaiga con el paso de las canciones. Ya que parecen por momentos completamente desbocados como en “Brascada boulevard” o “Completo galope”. Esto junto a algunas letras no del todo acertadas, rozando lo vergonzante, como “Tu culo da sed, gallina en la piel, flujo de miel” en “Matemático Tomás” o “Ingesta de chumino y salsa que remover” en “Pantano del ardor” pues hace que nos encontremos sólo ante un disco correcto.