El disco de debut de L’Odi Social puede pasar, casi sin duda, por uno de los trabajos fundamentales del punk de la década de los 80. Tiene prácticamente todo lo necesario para ello; de entrada, portada de manifiesta desobediencia civil, con la foto de los punkies franceses saltando los tornos del metro de París para no pagar el billete. A quien invitaban a pagarlo era a Jordi Puyol, el entonces presidente de la Generalitat catalana, o al menos así lo proclamaban desde el mismo título del EP. Tiene asimismo la hoja interior plagada de viñetas para ilustrar cada una de las canciones, y en el caso de «Autobús nº 13«, quien dibuja no es otro que Carlos Azagra, estableciendo así una conexión más del dibujante con la realidad del punk de la Barcelona de los 80.
Pero sobre todo presenta cuatro latigazos marcando el discurso antisistema de la banda. Canta contra las corridas de toros, en lo que constituye un interesante documento sonoro con el que ilustrar la raigambre de un sentimiento de oposición ante la denominada fiesta nacional que deja pocas dudas ante los que pudieran pensar que se trata de un movimiento social de nuevo cuño. «Fiesta de ignorancia, fiesta de sufrimiento, fiesta de sangre, fiesta de muerte, la fiesta nazional asesina crueldad«.
La crítica contra los mossos d’esquadra, para los que se acogen al término gossos (perros en catalán) y la estructura social que ahoga cualquier signo de rebeldía: «La bañera ya está llena de todo lo peor para sumergir la cabeza de quien ose protestar».
L’Odi Social tardaron en grabar el single, porque para cuando entraron en los estudios Maratón de Barcelona en enero de 1986 el grupo funcionaba ya desde hacía unos 5 años. Aunque quedaron contentos con el sonido del disco, los componentes de la banda, ante el aparente mal entendimiento con los técnicos del estudio, atribuían la intensidad que quedó registrada finalmente a lo trabajadas que traían los temas
Dijeron haber estado recaudando fondos con los muchos conciertos que dieron antes, pero aparentemente, gran parte de la financiación del proyecto provino del colectivo La Roca. El prensaje se realizó en Italia, una operación que también hicieron bandas de la época como GRB, siendo Poly el encargado de todo al irse en tren hasta Pisa donde contactó con Sandro del grupo CCM, que le llevó a una empresa familiar que inclusó le invitó a comer con ellos el día que recogió los vinilos, que transportó finalmente a Barcelona metidos en mochilas entre ropa para protergerlos.
El sencillo vería la luz en abril de 1986. Posteriormente se recuperaría, junto a más canciones grabadas en esa misma sesión de los estudios Maratón, en el LP «Que Pagui Pujol LP» (Potencial Hardcore, 1992).