Tras un intenso 2017, para 2018 Luz no baja el ritmo y a primeros de marzo lanza nuevo disco con material inédito, entrando directamente al nº 2 de las listas de ventas españolas (solo el fenómeno OT le impidió acceder a lo más alto de la tabla) y editado tanto en CD como en vinilo. En la producción cuenta con Ricky Falkner (que ya trabajara con, entre otros, Love of Lesbian, The New Raemon o Quique González).
La canción elegida como sencillo promocional, «Miénteme al oído«, es una perfecta carta de presentación pues resume en buena parte el espíritu del disco: en el plano instrumental, un medio tiempo pop/rock acompañado de piano y slide guitar que dotan a la misma de su particular singularidad en el conjunto. Mientras, la letra aborda el tema (amor en este caso) de forma madura y vitalista al mismo tiempo, con el conocimiento de las cornás que da la vida y la certeza de que, a pesar de todo, ésta merece ser vivida. Esa línea, en mayor o menor medida, caracteriza a varias de las canciones del álbum -incluso ya desde su título-: «Días prestados«, «Volver a comenzar» o la misma «Que corra el aire«. De hecho, estas cuatro son las mejores del álbum.
También se incluye un par especialmente emotivo: «Lucas«, la historia de un pequeño (real, no figurado) que falleció de encefalitis, y «Meu pai«, dedicada a su padre y cuya pérdida marcó profundamente ya no la vida sino la misma obra de la artista. Y, saliendo de la mencionada tónica pop/rock, que a fin de cuentas hablamos de una todoterreno, tenemos el bolero «Quise olvidarte«, la balada imbuida de fado «Morna» y, para rematar, una versión de Mari Trini, «Amores«.
Suele decirse que para que llegue la inspiración a uno le tiene que pillar trabajando y, habiendo sido este período intenso y laborioso para Luz, no es de extrañar que haya recibido la visita de unas musas que la llevaran a firmar el que es uno de sus mejores discos en veinte años, junto a «Sencilla Alegría» (Capitol, 2004) o aquel, ya lejano, «Un Mar de Confianza» (Hispavox, 1999).