«Todo lo que pasa no es más que un símbolo. Lo que era imperfecto se logra aquí. Aquí se realiza lo inefable. El eterno femenino nos levanta al cielo» (Johann Wolfgang von Goethe).
El nuevo trabajo de los canarios Pumuky se enmarca dentro de la colección «Dedicatessen» del sello Jabalina, por la que han pasado otros grupos como Apenino, Souvenir, Aldo Linares, Parade, Doble Pletina o AMA. Si en su anterior corta duración, el homónimo «Pumuky» (Jabalina, 2011), cantaban sobre tres leyendas canarias, en este «Pumuky y El Eterno Femenino» (Jabalina, 2013) es el «Fausto» (1807-32) de Goethe y, sobre todo, su parte final, el eje vertebrador del disco.
Los hermanos Ramírez abren el single con el tema «El eterno femenino y el sexo del universo«, sonido denso lleno de guitarras distorsionadas y omnipresentes sintetizadores donde Jaír canta la lucha desesperada de un hombre por ascender a los cielos con ayuda, cómo no, de ese eterno femenino («Escúchame. / Impúlsame hacia arriba. / No dejes caer mi cuerpo que es columna de sal por mirar lo que quedó atrás./ Y dime si es cierto que ahí afuera de nuevo veré la luz que es íntegra y perenne como tú«).
La cara B se torna menos densa y melancólica. Pumuky arranca con «Taganana chorus mysticus«, que trata sobre la eterna lucha de sexos, la incapacidad de ser sinceros y abiertos («Me hacía el muerto cuando preguntaste si siempre estaría allí, cuidando de ti«) hasta que ya es demasiado tarde («Mirando el horizonte de eventos contesto: Prometo intentarlo con todas mis fuerzas«).
Cierra este single el tema «Buscando a mamá emperoratriz en Suicide Avenue«, una oda a la mujer-madre, a la maternidad como el inicio de la vida, salpicado todo ello con referencias a «El Incal» (1980-88), cómic escrito por Alejandro Jodorowsky y dibujado por el francés Moebius.