Directamente rescatada según Manolo Tena de 1978 o quizá mejor dejada macerar más de 35 años, «Princesa azul» embiste con muy buenas ondas y vocación de single fácilmente radiable. Un estribillo que se deja querer y esos pedazos líricos que todavía se asoman con timidez y con un piadoso ¿se puede? véase por ejemplo: «Afora ya esa pluma / borra tu cicatriz / y vuélvete silencio / porque es mejor así«. Algunos «uuuu» sentimentaloides y una melodía bien templada van enroscándote cálidamente en esta oda a la infinitud de la creación, a la parálisis circular y obsesiva que lleva el perfeccionismo, las constantes dudas, el vaivén de las musas.
Un tema notable y de grata digestión aunque algo alejado de las causales joyas que reserva el disco, Manolo mirando el 92 con irónica altanería y fe en el futuro.