Chascar de dedos, balanceo de pies, ronroneo de bajo y arrullo en la percusión. Buen comienzo el de este “Por Tierras Escocesas” (GASA, 1985) con “Casablanca”, pistoletazo de salida de una de las bandas más populares de a mediados de los 80 por, precisamente, canciones como esta.
Con este nexo palpable y repiqueteante se da pie a la anti-Gabinete Caligari “Tarde de fiesta”, con un sol abrasador y “sangre entre tus manos”. Puntos de vista diferentes pero que quizás, fruto de la temática y su enfoque crítico les acercan más que nunca en intenciones sonoras a dicha formación. Y es que este halo post-punk no es algo casual. Tras los ecos de gaitas justificantes del título se introducen en ese curioso aroma estático e inmovilista del que un día Décima Víctima se apropió, perceptible también en “Lágrimas en la arena”. La guitarra suena salvaje de virgen, a lo Violent Femmes.
Rockabilly clásico, cadencias sosegantes y metales desvergonzados. Coca Colas y chicas rubias en “Fin de amor”, de Duncan Dhu para Elvis Presley. Sin embargo, cuando uno llega a “Extraños” se percata de una sensación… extraña: algo no ha terminado de pasar en este, a pesar de ello, buen disco. Sigamos con el largo, pues.