En un microscópico sello asociado a Munster es publicado este apretado con tres breves canciones por cada cara y en el que la banda renovada incluye sus dos canciones más conocidas: la antigua “Por la cara” y la moderna “Colmenar”.
Ritmos acelerados, guitarras sucias, casi diría guarras, y grabación francamente mejorable para un grupo y un estilo que ya habían visto pasar sus tiempos más frescos y ocurrentes.
La aventura de Los Comomolo apenas duró lo que tardaron en ensayar (poco) y grabar estas canciones.